El martes vistamos con GOZARTE el CASTILLO PALACIO DE LA ALJAFERÍA. Su nombre significa, en árabe, palacio de la ALEGRÍA y no nos extraña, porque es precioso y fue construído para el deleite de los reyes musulmanes.
Enseguida reconocimos elementos típicos de los castillos: foso, almenas, torres, aspilleras, muros...
Nos explicaron que al principio sólo había una torre de vigilancia y utilizaban un enorme cuerno que hacían sonar en caso de peligro.
Creíamos que en el foso hubo agua y cocodrilos y nos asombramos al saber que siempre estuvo seco y que en sus primeros tiempos tuvo ¡un león enjaulado!
Por dentro descubrimos un precioso palacio de gran belleza, con un hermoso jardín con flores y naranjos y muchos bellos arcos y columnas.
Lo construyó el rey musulman Abú Yafar al modo de los palacios del desierto.
También conocimos al auténtico Abú Yafar....y pudimos, como él, disfrutar de nuestos sentidos.
Con el tacto reconocimos diferentes tejido y hablamos de sus usos como alfombras, vestidos, cojines...
Con el olfato pudimos sentir el aroma del limón y de la menta.
Con el oído escuchamos los sonidos de los cascaeles de las bailarinas.
Con la vista....bueno, la vista estaba llena de cosas bonitas.
Nos quedamos sin disfrutar del gusto porque no habíamos llevado almuerzo.
Más tarde tras la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Conquistador el palacio pasó a ser residencia de reyes cristianos. Se hicieron muchas reformas y ampliaciones. Conocimos a una reina muy importante: Isabel, la reina Católica y pudimos contemplar el precioso techo de sus salas.
No dio tiempo a ver más y tampoco pudimos visitar las mazmorras ni la torre del Trovador porque había una visita muy importante de un embajador, así que no nos queda más remedio que volver un domingo con las mamás y papás.
Hola Sonia, desde los soletes queremos mandaros un premio-abrazo, por tanto, si quereis podeis recogerlo en el blog.
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